martes, 27 de marzo de 2012

TOKIO 3: ASAKUSA, NIPPORI Y AKIHABARA

Hoy nos hemos levantado tarde. Laura sigue sin dormir bien (tengo que meterle doble flash a la cámara para que se le vea carne detrás de la ojeras). El destino es Asakusa para visitar el templo Senso. Ayer llegó el carrito por fin, así que vamos más relajados, sobre todo mi cadera.


Al llegar a Asakusa nos hemos metido a callejear y a comprar toda la comida que nos llamara la atención, un pescadito de bizcocho relleno de...chocolate? no chocolate no, pasta de judías...uff, toma Miguel...Canutillos de galleta con cositas por encima...jo esto sabe a...eso que comen los caballos...toma Miguel...Bolitas de...eso que es...pulpo si, pulpo...seis,una no seis, que eso me gusta a mi...una y media te has comido? y el resto qué?...Puppo no papi, puppo no...
Y más pero no me alargo. Los dulces tienen una pinta maravillosa pero parecen estar rellenos de pasta de arroz dulce o de judías y no nos gustan, más por el sabor que por la textura (como la del mazapán).



El templo es impresionante. Todo lo que rodea al ritual budista me llama mucho la atención por la delicadeza de los gestos sobre todo, el lavado de las manos con el cazo en la fuente, envolverse en el humo del incienso para alargar la vida...





Miguel se durmió y aprovechamos para almorzar como una pareja recién casada sin ese enano dándonos saltos encima. Hay muchos restaurantes escondidos en las plantas de los edificios o bien en el entresuelo, restaurantes del que sólo tienes como referencia el cartel con la foto de la comida, así que hay que arriesgarse y subir o bajar (una vez que entramos estamos atrapados, tanta amabilidad debe ser correspondida). Bajamos, metimos nuestros zapatos en unas taquillas antiguas y luego nos guiaron hasta un pequeño habitáculo de madera con una mesa y una lámpara.


Os dejo una foto con lo que hemos comido.


Nippori no viene en las guías pero es una zona residencial de Tokio que rodea a un cementerio. El terremoto de Kobe del mil novecientos nosecuantos tiró al suelo todo lo viejo dejando excepciones como muchos pequeños templos y viviendas de esta zona, alternando por las calles casitas japonesas actuales con caseríos de madera tradicionales. A la salida de la estación de Nippori hay que atravesar el cementerio, lápidas de roca con inscripciones labradas, algunas de ellas gigantescas, pequeños bonsais, cerezos en flor, mucha paz como debe de haber en esos sitios independientemente de la cultura, pero había que cambiar a Miguel, dónde? aqui en estos servicios en medio del cementerio...en el de minusválidos que tiene cambiador...Laura toqueteando en la pared para darle a la luz (ya había pero ella quería más) ha tocado un interruptor que accionaba una sirena de emergencia como mínimo para avisar de un ataque aéreo a toda la población de Tokio, de hecho cuando la ha apagado (ha tardado sus 15 segunditos) todavía había lapidas moviéndose. En fin, pa que sepan que llegamos.


Nos hemos perdido y al preguntarle a una jovencita por la calle que buscábamos ha llamado a alguien por teléfono y como no sabía explicarnos el sítio nos ha acompañado durante un kilómetro expresamente. Esto ya lo sabíamos pero no deja de sorprendernos la disposición siempre inmejorable.
Finalmente hemos ido a Akihabara la ciudad eléctrica donde todo es electrónica y manga. Había que ir para verlo aunque no tengamos ninguna de las dos aficiones. Miguel ya tiene su propia cámara digital de juguete, no para meterlo en las artes (que para eso ya tiene el violín y el ukelele) sino para que deje en paz las nuestras (menudos ilusos, la de juguete tiene 12,5 megapixels).
La cena en la habitación del hotel que mañana salimos tempranito de Tokio a Nikko.

2 comentarios:

  1. Si es que no puedo parar de reír con las cosas de pitu-san, cuando lo he visto con el kimono y haciendo el saludo.... Casi me atraganto..... Lo de darle al niño lo que pruebas y no te gusta trae como consecuencia esas plastas que suelta ..... Que son sonadas jajaja. Bueno espero que tengas la oportunidad de traerme como regalo a mi pitu-san haciéndole un saludo aún japones y diciendo sayonara en su dialecto.....
    Bueno seguir descubriendo cosas, que Sandrine y yo os seguimos con mucha expectación, nos encanta tu forma de contar las cosas. Un beso enorme a los 3

    ResponderEliminar
  2. Los padrinos (de Miguel)28 de marzo de 2012, 23:59

    Konishi ua (o como se diga).

    Oye, que el mostro soy yo! A ver si va a venir ahora un japo a quitarme el puesto. Pobres japos, no saben lo que hacen enfrentándose a Miguel y dándole juego...
    Por cierto, dejad de utilizar al niño como planta de reciclaje orgánica, coño. Si no os gustan las cosas, las tiráis a una papelera y punto (chiste haciendo honor a la bandera local).
    Compadre, tráete un traje de esos robóticos pa las mañanas de feria.

    Si veis a Oliver y Benji, preguntadle si han terminado ya de estudiar en Brasil; aunque teniendo en cuenta lo que tardaban en meter un gol, todavía estarán echando la matrícula.

    Me alegro de que estéis bien y os guste el país. Sigue contando vuestras andanzas por el otro lado del mundo.
    Un beso enorme a los 3 de parte del padrino, la madrina y la primita Lola.

    ResponderEliminar